El sábado volvimos a la Europa continental después del que quizá haya sido el periodo más intenso del viaje, el recorrido por Inglaterra. Desde que iniciamos nuestro particular periplo hemos visitado ocho escuelas y siete países en algo más de seis semanas; hemos recorrido cientos de kilómetros a pedal, y miles de ellos arrastrando más de 80 kilos de equipaje y acarreando una bebé de tren en tren y de andén en andén; nos han frenado el avance el viento, alguna que otra cuesta insalvable y varios días de lluvia; mientras, nos hemos ido alojando en sitios muy diferentes y hemos conocido muchísimas caras amables; las manos que nos han ayudado son incontables y merecerían una mención aparte dedicada a las redes de afecto que se han tejido a nuestro alrededor; nuestra página de Facebook, pese a actualizarse con micro-entradas de escaso contenido, ha superado ya los doscientos seguidores y cada vez hay más suscriptores en el blog. De vez en cuando recibimos mensajes de apoyo de personas que no conocemos y que nos felicitan por este recorrido emocionante aunque agotador. Si lo que pretenden es animarnos, desde luego que lo consiguen. Gracias a todas ellas, gracias a ti, por leernos y compartir nuestra voz.
Haciendo camino
Hoy salimos de viaje. Un viaje de varios meses, con nuestras bicis plegables, en el que vamos a recorrer escuelas, privadas y también públicas, donde las niñas y niños guían su propio aprendizaje. Pero no estaremos de vacaciones. Hemos estado trabajando mucho (y seguiremos trabajando) para que esta experiencia no sea algo anecdótico, sino que sirva para que nuestras hijas e hijos puedan conocer una educación diferente de la que tuvimos nosotros.
Receta para aprender... y chuparse los dedos (II)
Pringándonos. Mordiendo. Saboreando. Metiendo las manos de lleno en la masa. Y chupándonos los dedos después. Así aprendemos, no cuando nos dan la comida triturada –sea papilla de verduras o de álgebra– a golpe de cuchara. Por eso nos aburrimos cuando no nos dejan más opción que abrir la boca (para tragar). Y es que la curiosidad, que nos lleva a querer aprender con todas nuestras fuerzas, es un animalito intrépido que no puede vivir enjaulado y necesita correr en libertad.
Historia de una mesa
¿Qué es la cultura maker? ¿qué es un makerspace? Si me hubieran hecho estas preguntas hace unos meses creo que como mucho podría haber improvisado unas respuestas basadas en la intuición y un poco de conocimiento de idiomas. Pero lo cierto es que no lo sabía. Yo era un maker, ignorante de serlo, de la misma forma que quizá tú también lo seas.
Receta para aprender... y chuparse los dedos
El mundo de la gastronomía y el de la educación tienen mucho en común. Necesitamos comer para vivir, del mismo modo que sin aprender tampoco podríamos seguir existiendo ni como individuos ni como cultura. Los dos son impulsos innatos del ser humano. Por eso no hace falta que nadie nos recuerde que debemos alimentarnos (el hambre se encarga), igual que tampoco esperamos a que alguien nos diga que es hora de ingerir conocimientos: aprendemos continua e inevitablemente, sin darnos cuenta, sin proponérnoslo siquiera. Pero lo mejor de todo es que aprender, como comer, es un placer. Debería serlo siempre. Y dicho esto... os invito a un banquete.
Estrenamos blog de libros
Hemos creido que hoy, día de la mujer, era un buen momento para compartir nuestras lecturas con vosotras. En el mundo de la educación, son muchas las voces de las mujeres. Casi me atrevería decir que mayoría. Sus voces y sus palabras, no siempre atendidas, pero casi siempre certeras, nos han dicho que la educación es cosa de todas y de todos, pero sobre todo de los niños. Así, al menos, lo veía María Montessori. Una mujer de la vanguardia educativa que imaginó un sistema que devolvía el protagonismo a quien nunca debió perderlo.
Esto no es un vaso de agua
En 1974, el irlandés Michael Craig-Martin, artista conceptual con ascendente minimalista, exhibía por primera vez su obra "An Oak Tree" en la galería Rowan de Londres. La obra, como se puede observar en la fotografía, consistía en un estante de los que acostumbramos a ver en los aseos con un vaso de agua lleno encima. Acompañaba a la obra un texto con la transcripción de una supuesta entrevista con el autor que reproducimos a continuación:
Juguetes
A este lado del mundo, los corazones de los niños están llenos de cosas. De cosas que se compran en las tiendas. Baratijas a veces, pero también objetos de lujo que ya nos hemos acostumbrado a ver. Cosas que ni siquiera se pueden (quiero decir, deben) manipular, destripar, transformar, reinventar. Cosas... ¿necesarias? Puede que os sorprenda si os digo que sí, que lo son. Tanto como puedan serlo las muletas para quien ha perdido una pierna.
Aprendiendo a emprender
Cuando me enteré de que la UNIA iba a aportar capital riego en una convocatoria pública para financiar proyectos de innovación educativa no sabía ni qué era la UNIA, ni qué el capital riego ni en qué consistía la convocatoria. Afortunadamente esas cosas tienen solución en la sociedad de la información, así que me leí las bases, miré qué era eso de la UNIA y en qué consistía el capital riego. Casi al mismo tiempo estaba enredando a mi hermana, a mi pareja y a un amigo para redactar conjuntamente y a toda prisa una propuesta de proyecto que decidimos llamar #Protexta y que presentamos en el último minuto.
La educación progresista y yo
Resultó que la educación "progresista" no era nada nuevo. No era una fantasía hippy, ni siquiera un snobbismo posmoderno. Era tan antigua como esa otra educación que muchos hemos conocido, la de los cuadernos de caligrafía y los libros de texto, la de los pupitres, los horarios y asignaturas, la de los deberes, la de la disciplina y los profesores-jueces-funcionariosdeprisiones, es decir, la "versión oficial" de la educación.